Según estudios norteamericanos, el caballo es un animal inteligente, si bien se trata de un tipo de inteligencia totalmente diferente a la humana, adaptada a sus necesidades naturales.
Efectivamente, los mecanismos cerebrales que controlan las respuestas emocionales del caballo son muy similares a los del ser humano, tal y como ocurre en otras especies domésticas como el perro y el gato.
Desde hace relativamente poco tiempo se ha empezado a pensar en los caballos como animales capaces de sentir emociones tales como el miedo o la agresividad, en una forma muy parecida a las personas.


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